Nos trasladamos al continente asiático para descubrir una técnica de bordado caracterizada por su sencillez, elegancia, uniformidad y geometría. Se trata del Sashiko, una técnica originaria de Japón que se ha popularizado en los últimos años en el resto del mundo.
Nació como una manera de reparar las ropas de trabajo; se unían dos telas como una especie de parche mediante puntadas regulares. Más adelante, simplemente se comenzó a utilizar a modo de bordado decorativo.
El sashiko se caracteriza por realizar únicamente puntadas regulares y uniformes que recorren todo el contorno del dibujo.
Para bordar sashiko no necesitarás unos materiales extraordinarios, aunque en sus orígenes sí se emplearan. Puedes bordar con cualquier tipo de hilo y tela. La recomendación de “El Gurú del Papel”: usa 100 % algodón para ambos materiales, un hilo resistente te facilitará mucho el trabajo y una tela fina y suave te permitirá hacer las puntadas sin problemas. En cuanto a la aguja, que sea lo suficientemente larga para que puedas bordar de una tajada los 5-7 puntos.
Una plantilla, dibujo, etc., que te guste. Encontrarás multitud de motivos para bordar sashiko, los más comunes son los geométricos con aire japonés.
Unas tijeras y muy recomendable un dedal para ayudarte a empujar la aguja. Eso es todo.